importante, la experiencia de pasar esos días con amigos.
Este año no he podido prepararme book ni llevar dos maquetas de libros que quería
haber vendido en la feria. Una pena, pero aún así ha estado bien. Y aunque tengo
amigos que siempre que van disfrutan sólo de ir, sin más, yo me he sentido rara sin
más obligaciones que simplemente pasear por allí, la verdad.
La exposición
Hablando con ilustradores que me llevan años y años de experiencia comentaron
que Bolonia ya no es lo que era. El esplendor se ha perdido. No he vivido esos años
de la Feria, pero sigo pensando que es un lugar muy interesante, aunque sí es
verdad que la presencia española cada año es más y más pequeña. Este año Anaya
si quiera tenía stand propio.
Uno además a veces tiene la oportunidad de robar momentos y mirar de reojo
maravillosos originales de otros ilustradores, entre otros, los de Cecilia Esteves,
que no sabía que iba a estar por allí, pero de pronto me encontré sus preciosos
collages encima de una mesa, mientras hablaba con una editora.
Momento mágico.
La exposición
Mis ilustraciones. Hansel y Gretel
Otra cosa que ha hecho distinta la feria es estar seleccionada.
Según dijo el jurado, se han presentado más de 3000 ilustradores y han seleccionado
a 87. Ufff... No puedo ni imaginarme lo que debe ser estar en el jurado mirando 15000
ilustraciones.
Me he llevado el catálogo a casa con mis ilustraciones dentro, un diploma, un saludo
del jurado, una felicitacón de los directores de arte de SM y una bolsita de tela de
seleccionada que pasee orgullosa el viernes por toda Bolonia.
El Jurado
Los seleccionados
Recogiendo mi diploma
Desde aquí mando un abrazo a los amigos con los que estuve y otro a los que no
vinieron, me acordé de todos ellos.
El año que viene creo que volveré...
Uno de mis lugares favoritos de Bolonia
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